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¿Existe alguna relación entre el cerebro y la ansiedad?
La respuesta es sí, aunque es un poco más compleja que eso, aquí la vamos a desarrollar.
Sabemos que el cerebro desempeña un rol muy importante en cada uno de nosotros y existen muchas estructuras que se relacionan con la ansiedad.
Empecemos a hablar de algunas estructuras y su relación: La amígdala, está ubicada en el sistema límbico. Actúa como el "centro emocional" de nuestro sistema nervioso.
Un ejemplo práctico de su funcionamiento sería:
"Cuando una persona siente que su vida está en peligro, la amígdala se activa desencadenando una respuesta de lucha o huida". Esta respuesta representa directamente un mecanismo de protección frente a diferentes situaciones o eventos de nuestro entorno. También tenemos a la red neuronal denominada sistema noradrenérgico ascendente. De este sistema, el principal componente que está relacionado a la ansiedad es locus cereuleus: El locus cereuleus se encarga de liberar noradrenalina (también llamada norepinefrina) ante situaciones ansiosas, aumentando la atención selectiva, así como la vigilancia.
El hipotálamo es una estructura compleja, en términos sencillos podemos decir que es una estación de paso y funciona como un interruptor en nuestro cerebro. Ante situaciones ansiosas, el hipotálamo se encarga de enviar una señal a la glándula suprarrenal la cual libera cortisol y adrenalina en nuestro torrente sanguíneo: "Estas hormonas en nuestro cuerpo aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración". El córtex prefrontal es el responsable de las funciones ejecutivas. Asociado a la parte lógica, que incluyen la toma de decisiones, planificación, inhibición de respuestas impulsivas y en parte la regulación de emociones en las personas.
De hecho cuando estamos más ansiosos esta área del cerebro tiene dificultades en regular las respuestas emocionales, generando una sensación de angustia y de malestar.
Ante la ansiedad, las personas pueden tener dificultades en procesar y analizar la información de una manera racional y/o lógica.
Respuestas cognitivas ante la ansiedad
La ansiedad se manifiesta a través de una generalización y proyección del futuro basadas en experiencias del miedo.
En esta manifestación, la persona imagina situaciones hipotéticas que podrían causarle daño (aunque no existan o sean reales).
La respuesta cognitiva, hace referencia a un sesgo cognitivo, que determina cómo procesamos y respondemos a la información en nuestra mente.
Por ejemplo:
"Cuando una persona tuvo un ataque de pánico en un lugar público, la respuesta cognitiva que manifestará a futuro, es sentir ansiedad al pensar en regresar a ese lugar, porque el cerebro asoció esa situación, evento o lugar, con el miedo y/o estrés que le produjeron".
La rumiación llamada también: sobre pensamiento o pensamiento obsesivo, aumenta o mantiene la ansiedad, reforzando el pensamiento negativo.
Por lo tanto en la rumiación, las personas pueden llegar a creer firmemente en esas ideas, esto influye directamente en sus respuestas conductuales o emocionales (conductas y emociones).
Origen de la ansiedad en el cerebro
La ansiedad desde una respuesta evolutiva nos ha permitido adaptarnos frente a situaciones potencialmente peligrosas.
Podríamos decir que la ansiedad ha significado en nuestra evolución, un mecanismo de supervivencia.
El origen de la ansiedad en el cerebro está relacionado con muchas áreas cerebrales, circuitos neuronales, neurotransmisores, hormonas, factores genéticos y epigenéticos, por lo que no sólo recae sobre un único componente.
Entonces, estas respuestas emocionales, cognitivas, fisiológicas y hormonales, etc., hacen que podamos responder frente a una situación ansiosa.
Una vez experimentada esa situación, nos permite adaptarnos, por ejemplo:
"Podemos sentir ansiedad cuando hablamos en público, pero con la práctica, es posible que dejamos de sentir esos niveles tan altos de ansiedad".
Es necesario enfatizar que la experiencia respecto a la adaptación de la ansiedad, será diferente para cada persona.
Eventos traumáticos y su relación con la ansiedad y el cerebro
Los eventos traumáticos de cualquier tipo, pueden tener un impacto significativo en el cerebro de las personas y en la ansiedad.
Por lo general después de un evento traumático, el cerebro registra detalles vividos en la memoria, lo que hace que las personas tengan una mayor sensibilidad y vigilancia, ante situaciones que considere o asocie como posibles amenazas.
Artículo relacionado: Cómo afecta el trauma al cerebro.
Preocupación constante como síntoma de ansiedad
Como vimos anteriormente uno de los síntomas más comunes en la ansiedad es la rumiación continua y mediante esta se genera una hiperactivación en varias partes del cerebro incluido el córtex prefrontal, haciendo que la persona tenga muchos pensamientos repetitivos y una mayor dificultad para poder relajarse.
Dificultad para dormir como síntoma de ansiedad
Cuando tenemos ansiedad el cerebro interpreta que estamos frente a una situación peligrosa, entonces el hipotálamo libera hormonas del estrés que nos mantienen despiertos, esto como un mecanismo de lucha o huida, por lo que en muchas ocasiones se nos dificulta dormir.
También se ha comprobado que no dormir, repercute de manera negativa aumentando la ansiedad en las personas.
Neuroanatomía de la ansiedad
Como ya mencionamos el cerebro funciona de una manera integrativa, por lo que nosotros no podemos atribuir a la ansiedad con una parte específica del cerebro.
Es necesario entender que todavía existen áreas cerebrales y procesos relacionados a la ansiedad que aún siguen siendo objeto de estudio.
Sin embargo las áreas más relacionadas y con mayor estudio a la ansiedad son:
1. Regulación y respuesta al miedo y estrés
Amígdala:
Ante situaciones amenazantes, se encarga de detectar el peligro, activando el sistema nervioso autónomo y permite que la persona reaccione a través de la lucha o huida.
Corteza prefrontal:
Inhibe o potencia la actividad que tiene la amígdala en cada una de las circunstancias y también en base a experiencias previas.
Puede verse afectada respecto a funciones ejecutivas (toma de decisiones, lógica, etc.).
Tálamo:
Funciona como una estación de relevo, el cual permite pasar la información sensorial y está involucrado en la sensación de estar alerta.
Hipotálamo:
Estimula la producción de las hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina mediante la activación del sistema nervioso simpático y la vía hipotálamo hipofisario adrenal (HHA).
Corteza cingulada anterior:
Está relacionada con la regulación del estado de ánimo y la detección de conflictos, en casos de ansiedad se ha visto que tiene una mayor actividad.
Corteza cingulada posterior:
Está estrechamente ligada con la introspección (toma de consciencia), autoevaluación y rumiación de los pensamientos.
Corteza ventromedial prefrontal:
Está vinculada con la toma de decisiones, la motivación y la regulación y el procesamiento de las emociones, en conexión con otras áreas del cerebro participa en el sistema de respuesta al estrés.
2. Procesamiento sensorial y motor
Corteza somatosensorial:
Está relacionada con el procesamiento de las sensaciones en el cuerpo las cuales pueden estar vinculadas o presentes en estados de ansiedad.
Corteza fusiforme:
Juega un papel importante en detectar y responder a expresiones faciales emocionales, se la vincula con el reconocimiento facial.
3. Conducción de señales y transmisión
Sistema de activación reticular:
Modula los procesos por lo general están alterados en la ansiedad relacionados directamente con la alerta y la atención.
Locus cereuleus:
Regula la liberación de noradrenalina también llamada norepinefrina, relacionada con el aumento de la atención selectiva y la vigilancia.
Hipocampo:
Relacionada con la memoria, incluyendo también los recuerdos traumáticos relacionados con la ansiedad.
Núcleo parabraquial lateral:
En relación a la ansiedad amplifica percepciones, ya sean de amenazas o de malestares físicos, además se encarga de transmitir señales que están relacionadas con los estímulos sensoriales y el dolor.
Núcleo reticular pontino:
Influye en la transición entre los estados del sueño y vigilia, a menudo llega a estar perturbado en situaciones ansiosas.
Núcleos del lecho de la estría terminal:
Actúan como mediadores, o también denominados intermediarios entre las respuestas emocionales y el estrés, en situaciones ansiosas estos pueden mediar la anticipación y prolongación de respuestas al miedo.
Tallo cerebral:
Se lo relaciona directamente con la regulación de funciones vitales y en la ansiedad contribuye a síntomas físicos rápidos como la respiración acelerada o las palpitaciones también está implicado en la transmisión de la angustia.
Corteza Insular:
Influye directamente en la autopercepción y el procesamiento de emociones, se relaciona también con la ansiedad anticipatoria es decir el miedo a que ocurra algo.
Sustancia gris periacueductal:
Se la relaciona con la respuesta frente a situaciones que impliquen miedo, esta sustancia modula el nivel de angustia o de pánico frente a situaciones estresantes.
Corteza parahipocampal:
Se relaciona directamente con la ansiedad anticipatoria y se activa cuando percibimos un peligro, haciendo que reaccionemos con miedo o angustia.
Espina dorsal:
Transmite señales de amenaza al cerebro.
4. Modulación de la reactividad y la resiliencia al estrés
Núcleo accumbens:
Influye en la ansiedad, directamente con el comportamiento de evitación, afecta la motivación y el deseo, se relaciona directamente en que la persona evita situaciones socialmente de recompensa o gratificación, como mecanismo de afrontamiento, para reducir la ansiedad a corto plazo.
Por ejemplo, para una persona que tiene ansiedad social esta evitación produce un alivio temporal, sin embargo a largo plazo puede limitar experiencias y calidad de vida de la persona a través de actividades enriquecedoras o placenteras.
Corteza orbitofrontal:
Influye en cómo una persona evalúa situaciones que se tornan amenazantes o que están bajo la influencia del estrés. Además se relaciona con la evaluación de recompensas o castigos.
Área tegmental ventral:
Está involucrada en la liberación de dopamina.
Interactúa con el núcleo accumbens en respuesta a la ansiedad, está involucrada con el sistema de recompensas y las alteraciones de esta área pueden afectar a como una persona responde emocionalmente frente a estímulos que son normalmente gratificantes.
Artículo relacionado: Neurotransmisores relacionados con la ansiedad.
Conclusiones
La ansiedad tiene un impacto significativo en varias áreas relacionadas al cerebro y su origen obedece a varios componentes que trabajan de manera integral.
Comprender cómo el cerebro se relaciona con la ansiedad permite no sólo entender su estudio sino que también ampliarlo, con la finalidad de buscar mejorar los tratamientos en caso de trastornos relacionados directamente con la ansiedad.
Astorn-jones, G., & Cohen, J. D. (2005) An integrative theory of locus coeruleus-norepinephrine function: Adaptive gain and optimal performance. Annual Review of Neuroscience, 28, 403-450. Castro Carnoni, N., Campos Villalobos, G., & López Castillo, C. (2003). Neurobiología y tratamiento del trastorno de estrés postraumático. Medicina Legal de Costa Rica, 20 (2). Paulus, M. P., & Stein, M. (2006).An insular view of anxiety. Biological psychiatry, 60 (4), 383-387. Pérez de la Mora, M. (2003). Donde y cómo se produce la ansiedad: Sus bases biológicas. Revista Ciencia, Academia Mexicana de Ciencias. 54(2), p. 20.
¿Existe alguna relación entre el cerebro y la ansiedad?
La respuesta es sí, aunque es un poco más compleja que eso, aquí la vamos a desarrollar.

Sabemos que el cerebro desempeña un rol muy importante en cada uno de nosotros y existen muchas estructuras que se relacionan con la ansiedad.
Empecemos a hablar de algunas estructuras y su relación:
La amígdala, está ubicada en el sistema límbico. Actúa como el "centro emocional" de nuestro sistema nervioso.
Un ejemplo práctico de su funcionamiento sería:
"Cuando una persona siente que su vida está en peligro, la amígdala se activa desencadenando una respuesta de lucha o huida".
Esta respuesta representa directamente un mecanismo de protección frente a diferentes situaciones o eventos de nuestro entorno.
También tenemos a la red neuronal denominada sistema noradrenérgico ascendente.
De este sistema, el principal componente que está relacionado a la ansiedad es locus cereuleus:
El locus cereuleus se encarga de liberar noradrenalina (también llamada norepinefrina) ante situaciones ansiosas, aumentando la atención selectiva, así como la vigilancia.
El hipotálamo es una estructura compleja, en términos sencillos podemos decir que es una estación de paso y funciona como un interruptor en nuestro cerebro.
Ante situaciones ansiosas, el hipotálamo se encarga de enviar una señal a la glándula suprarrenal la cual libera cortisol y adrenalina en nuestro torrente sanguíneo:
"Estas hormonas en nuestro cuerpo aumentan la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración".
El córtex prefrontal es el responsable de las funciones ejecutivas. Asociado a la parte lógica, que incluyen la toma de decisiones, planificación, inhibición de respuestas impulsivas y en parte la regulación de emociones en las personas.
De hecho cuando estamos más ansiosos esta área del cerebro tiene dificultades en regular las respuestas emocionales, generando una sensación de angustia y de malestar.
Ante la ansiedad, las personas pueden tener dificultades en procesar y analizar la información de una manera racional y/o lógica.
Respuestas cognitivas ante la ansiedad
La ansiedad se manifiesta a través de una generalización y proyección del futuro basadas en experiencias del miedo.La respuesta cognitiva, hace referencia a un sesgo cognitivo, que determina cómo procesamos y respondemos a la información en nuestra mente.
Por ejemplo:
"Cuando una persona tuvo un ataque de pánico en un lugar público, la respuesta cognitiva que manifestará a futuro, es sentir ansiedad al pensar en regresar a ese lugar, porque el cerebro asoció esa situación, evento o lugar, con el miedo y/o estrés que le produjeron".
La rumiación llamada también: sobre pensamiento o pensamiento obsesivo, aumenta o mantiene la ansiedad, reforzando el pensamiento negativo.
Origen de la ansiedad en el cerebro
La ansiedad desde una respuesta evolutiva nos ha permitido adaptarnos frente a situaciones potencialmente peligrosas.
Podríamos decir que la ansiedad ha significado en nuestra evolución, un mecanismo de supervivencia.
Entonces, estas respuestas emocionales, cognitivas, fisiológicas y hormonales, etc., hacen que podamos responder frente a una situación ansiosa.
Una vez experimentada esa situación, nos permite adaptarnos, por ejemplo:
"Podemos sentir ansiedad cuando hablamos en público, pero con la práctica, es posible que dejamos de sentir esos niveles tan altos de ansiedad".
Es necesario enfatizar que la experiencia respecto a la adaptación de la ansiedad, será diferente para cada persona.
Eventos traumáticos y su relación con la ansiedad y el cerebro
Los eventos traumáticos de cualquier tipo, pueden tener un impacto significativo en el cerebro de las personas y en la ansiedad.
Por lo general después de un evento traumático, el cerebro registra detalles vividos en la memoria, lo que hace que las personas tengan una mayor sensibilidad y vigilancia, ante situaciones que considere o asocie como posibles amenazas.
Preocupación constante como síntoma de ansiedad
Dificultad para dormir como síntoma de ansiedad
También se ha comprobado que no dormir, repercute de manera negativa aumentando la ansiedad en las personas.
Neuroanatomía de la ansiedad
Como ya mencionamos el cerebro funciona de una manera integrativa, por lo que nosotros no podemos atribuir a la ansiedad con una parte específica del cerebro.
Es necesario entender que todavía existen áreas cerebrales y procesos relacionados a la ansiedad que aún siguen siendo objeto de estudio.
1. Regulación y respuesta al miedo y estrés
Amígdala:
Corteza prefrontal:
Puede verse afectada respecto a funciones ejecutivas (toma de decisiones, lógica, etc.).
Tálamo:
Hipotálamo:
Corteza cingulada anterior:
Corteza cingulada posterior:
Corteza ventromedial prefrontal:
2. Procesamiento sensorial y motor
Corteza somatosensorial:
Está relacionada con el procesamiento de las sensaciones en el cuerpo las cuales pueden estar vinculadas o presentes en estados de ansiedad.Corteza fusiforme:
Juega un papel importante en detectar y responder a expresiones faciales emocionales, se la vincula con el reconocimiento facial.3. Conducción de señales y transmisión
Sistema de activación reticular:
Locus cereuleus:
Hipocampo:
Núcleo parabraquial lateral:
Núcleo reticular pontino:
Núcleos del lecho de la estría terminal:
Tallo cerebral:
Se lo relaciona directamente con la regulación de funciones vitales y en la ansiedad contribuye a síntomas físicos rápidos como la respiración acelerada o las palpitaciones también está implicado en la transmisión de la angustia.Corteza Insular:
Sustancia gris periacueductal:
Corteza parahipocampal:
Espina dorsal:
Transmite señales de amenaza al cerebro.
4. Modulación de la reactividad y la resiliencia al estrés
Núcleo accumbens:
Corteza orbitofrontal:
Área tegmental ventral:
Interactúa con el núcleo accumbens en respuesta a la ansiedad, está involucrada con el sistema de recompensas y las alteraciones de esta área pueden afectar a como una persona responde emocionalmente frente a estímulos que son normalmente gratificantes.
Conclusiones
La ansiedad tiene un impacto significativo en varias áreas relacionadas al cerebro y su origen obedece a varios componentes que trabajan de manera integral.Comprender cómo el cerebro se relaciona con la ansiedad permite no sólo entender su estudio sino que también ampliarlo, con la finalidad de buscar mejorar los tratamientos en caso de trastornos relacionados directamente con la ansiedad.
Escrito por Psic. Imbaquingo Castro Jaime Alexander.
Fecha: Viernes 06 de Octubre 2023.
Referencias bibliográficas
Astorn-jones, G., & Cohen, J. D. (2005) An integrative theory of locus coeruleus-norepinephrine function: Adaptive gain and optimal performance. Annual Review of Neuroscience, 28, 403-450.
Castro Carnoni, N., Campos Villalobos, G., & López Castillo, C. (2003). Neurobiología y tratamiento del trastorno de estrés postraumático. Medicina Legal de Costa Rica, 20 (2).
Paulus, M. P., & Stein, M. (2006).An insular view of anxiety. Biological psychiatry, 60 (4), 383-387.
Pérez de la Mora, M. (2003). Donde y cómo se produce la ansiedad: Sus bases biológicas. Revista Ciencia, Academia Mexicana de Ciencias. 54(2), p. 20.
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